martes, 6 de enero de 2009

¿Cómo transformar nuestra vida?

En el momento que nacemos, llegamos a un mundo material que es desconocido para nosotros. Al principio no somos conscientes de nuestra propia existencia, pero conforme vamos creciendo, nos vamos haciendo más protagonistas de nosotros mismos. Somos cuidados y educados por nuestros padres y ni ellos mismos saben qué nos deparará la vida. Lo que está claro es nuestro destino final: el morir. Somos un conjunto de células biológicas que no son capaces de perdurar por siempre, por lo que nos guste o no, está claro nuestro destino.
La conciencia O consciencia, es el conocimiento que tiene uno mismo de si mismo y su entorno. Otras definiciones serían: propiedad del espíritu de conocerse como sujeto de sus atributos, o el estado cognitivo no-abstracto que permite la interactuación, interpretación y asociación con los estímulos externos denominados realidad.
Está demostrado científicamente que animales pertenecientes a otras especies diferentes a la nuestra (homo sapiens) también tienen conciencia de sí mismos. El ser humano tiene conciencia sensitiva y conciencia abstracta, aúnque también el pensamiento abstracto se presenta en animales de otras especies.
La conciencia crea todo lo que desea. Vivimos en un amplio abanico de posibilidades de los que la conciencia elige. Nuestra vida, por tanto, está llena de constantes elecciones, las cuales están marcadas por nuestros propios sentidos. Algunas de estas elecciones se realizan de forma espontánea, otras, constituyen una difícil elección. Así que si todo depende de nuestra conciencia, en alguna medida, y si como seres biológicos estamos formado de materia, la materia tiene energía y según la energía que apliquemos, podemos transformar tanto la materia como muchas otras cosas, como por ejemplo: los sentimientos. La explicación es que toda la energía vibra y toda esta frecuencia vibratoria se ve afectada dependiendo de la conciencia que tengamos de ello. Para que haya un cambio, debemos transformar esa frecuencia vibratoria en una frecuencia más alta y se producirá un cambio positivo en nuestra realidad, afectando a nuestra vida. Debemos de cambiar nuestro estado de conciencia haciendo uso de nuestro pensamiento. Aunque lo desconocemos, somos capaces de modificar nuestra realidad con el poder de nuestra mente. El secreto está en descubir cómo.
EL PODER DE LAS PALABRAS
Las palabras son la manifestación acústica de un pensamiento, un sentimiento o una emoción, por lo que se convierten en una vibración. El poder de las mismas, dependerá de esas emociones o pensamientos. Se es lo que se dice. Si decimos palabras hermosas, acabaremos teniendo cosas hermosas a nuestro alrededor. Si decimos palabras negativas o nefastas, todo a nuestro alrededor es negativo. Es decir, si albermos sentimientos de rencor, envidia y odio, no sólo esos pensamientos se manifiestan en palabras de maldad, sino que afecta a su vida personal y a todo lo de su alrededor.
Basándonos en la premisa que sostiene que las palabras son la manifestación acústica de los pensamientos, las emociones y los sentimientos, las mismas generarán una frecuencia vibratoria tal que afectará el agua de todo organismo, y recordemos que el ser humano está compuesto por un 75% de agua. Entonces es evidente que una palabra puede afectar nuestro propio cuerpo en su dimensión física. La transformación física se logra mediante la repetición constante o frente a la exposición continua de palabras debilitadoras, conduciéndonos a la enfermedad. La gente se pregunta repetidas veces por qué se siente mal y por qué se enferma. Hoy es sabido que prácticamente todas las enfermedades son la manifestación en la realidad física de un estado de conciencia de determinada frecuencia vibratoria
La realidad que vivimos es un estado proporcional a todo lo que sentimos y expresamos y debemos verdaderamente tratar de cambiar esa realidad. Uno se pregunta por qué existe tan catastrofismo mundial y se pregunta y responde a si mismo, que quizás podamos ser en parte causantes de algunos de esos hechos o quizás, no hemos tenido nada que ver con esas guerras y hambrunas que asolan muchas poblaciones mundiales. Pero el sólo hecho de vivir impasibles, de no tratar de frenar uno a uno de nosotros con nuestro pequeño grano de arena una sóla de esas acciones, hace que en alguna medida seamos también culpables. Quién no se pregunta del por que´de esas subidas inconmesurables del precio de la vivienda, de las que tal vez se protestó, pero nadie hizo nada. O por qué continúa la guerra en Israel o Irak. Por qué en algunos países orientales, los niños son abandonados en habitáculos oscuros, dejados morir de inanición. El por qué de esta crisis mundial y tantísimos asuntos de los que muchos de nosotros nos seguimos preguntando. Por humildes que nos sintamos, por faltos de cultura o de fuerzas, tenemos la capacidad suficiente para cambiarlo. Cambiando uno mismo, cambia a los de su alrededor y todos unidos en unísono podemos formar una mayoría con fuerza suficiente para transformar el mundo.
Si nuestros pensamientos son capaces de transformar el agua, imagínate que puede hacer con nosotros mismos. Imagínate con la capacidad para cambiar todo lo que está sucediendo. Imagínate un mundo más justo y equitativo. Imagínate....