martes, 25 de septiembre de 2012

Tras los incansables gestos del amor,
cómplice mi corazón se presta, alado
empuñado como espada sin olvido
desconchando su nacarado fruto
que exhibe su latido entre mis manos.
Continúa como quien mira a los ojos,
en renovados balbuceos
cuerpo sobre cuerpo
alma sobre alma
en sinuoso camino de sentidos
evocados en ferviente lucha
como sueño invocado nuevamente.

Al otro lado de la aurora
aparecen victoriosos los sentidos
derrocando protocolos
invocando nuevos ritos milenarios
en incandescente llama amorosa
salvando distancias entre oraciones
soñando en vuelo de golondrinas
susurrando en los labios del amado
mi divina ascensión al cielo
con el calor de sus brazos.

"EL CALOR DE SUS BRAZOS"
Elena Sánchez (España)