sábado, 14 de abril de 2012

EL COFRE

Cuando abrí aquel cofre carcomido por el tiempo, allí yacía el libro, polvoriento. Al leer su contenido, descubrí la farsa en la que durante años me había hecho creer en la existencia de alguien de mi pasado. Ese descubrimiento cambiaría mi vida.

ROSTROS

Siempre volvía a aparecer en la pared aquel rostro que numerosas veces había intentado borrar. Pero el terror me invadió cuando una tarde al llegar a casa, apareció una mujer que permaneció mirándome unos segundos hasta desvanecerse. Su rostro era como el de la pared.

2 comentarios:

Anna Genovés dijo...

Elena,

“EL Cofre” me gusto, pero “Rostros” –que `puede ser su continuación- me maravilló.

Los fantasmas del pasado nunca nos abandonan y –de vez en cuando- se pasean por donde moramos para recordarnos que están cerca.

Muy bueno, besitos

Ann@ Genovés

Elena dijo...

Gracias. Me alegra.