jueves, 5 de abril de 2012

Me divertí mucho en el taller de escritura, haciendo este microrrelato dedicado al libro. Aunque no soy de matemáticas, lo mío era la literatura, la historia, la geografía...
MI FIEL ALGORITMO

Repleto de signos, símbolos y un conjunto de enunciados entrelazados como líneas perpendiculares permanece adyacente a mi, siempre excéntrico, pero fiel sumando a todas las trayectorias de mis viajes, sin importar los orígenes, las distancias e incluso los puntos de intersección. Tiene un valor absoluto para mi, ya que en esos sucesivos kilometrajes, en decenas de paréntesis, mientras esperaba el tren de madrugada, evaluaba mis diferencias con el resto de los humanos, como si nuestra relación fuese indivisible o permaneciéramos inscritos el uno en el otro, ha sido mi fiel exponente. Siempre yo con mi libro, con su rectangular superficie y su potencia en enunciados, mostrando su identidad, su hipótesis e incluso la razón de su equivalente valor. Pero todo es producto de una serie de factores que el autor simplifica consecutivamente en axiomas parabólicos, conmutativos, e incluso rotativos. Formamos un círculo concéntrico, a menos que un quebrado día por regla de tres resuelva dejarlo olvidado en la mesilla de noche, pero eso es infinitamente incompatible, así que mi porcentaje de consultas a mi unitario libro no se reducirá nunca.

2 comentarios:

Anna Genovés dijo...

Elena,

Por supuesto, un lápiz, una libreta, unos folios o algo en lo que poder escribir; siempre a nuestro lado, siempre con nosotras por lo que nos pueda surgir en cualquier momento.

Sumas, restas, multiplicaiones o algoritmos. Divertida, me gustó

Tu amiga, Ann@ Genovés

Elena dijo...

¿Te digo mi truco? Antes no lo hacía, pero ahora siempre llevo en el bolso una libretita y cuando oigo algo o me viene a la cabeza una palabra interesante, frase o pensamiento, lo anoto, porque cuando ocurría, siempre me decía de apuntarle cuando llegase a casa y luego ya no me acordaba de la mitad.